IBM gana a Google
IBM gana por la mínima a Google en la carrera por diseñar el superordenador cuántico.
Podría ser un titular de los años 80 y principios de los 90, pero lo cierto es que IBM está a punto de revolucionar la informática… otra vez. La compañía estadounidense era hasta esta semana sólo una más entre un puñado de gigantes de la tecnología que intentan desarrollar un computador de tecnología cuántica, pero acaba de confirmar que tiene entre manos un procesador superconductor que puede darle la victoria en esa carrera tecnológica, y quiere convencer a la comunidad científica de que funciona.
Con ese fin, IBM ha lanzado un sitio web para que programadores externos a la compañía e investigadores pongan a prueba su nuevo chip con todo tipo de algoritmos. «Queremos que la gente aprenda a pensar de forma diferente y a programar un ordenador cuántico», afirma Jerry Chow, que dirige el programa de investigación en la revista del prestigioso MIT.
El lanzamiento de la página web no es sólo un ejercicio de transparencia científica, sino que también demuestra que IBM va en serio con la computación cuántica, puesto que hasta ahora era muy difícil conseguir que uno de estos ingenios funcionase de manera lo suficientemente estable como para permanecer conectado durante 24 horas al día, 7 días a la semana, a internet.
La computación cuántica es tan revolucionaria que los científicos sólo han comenzado a desarrollar su enorme poder para realizar cálculos, y se basa en varias propiedades de la física cuántica, encargada de explicar el comportamiento de las partículas más pequeñas del universo: la superposición (dos estados cuánticos pueden coexistir al mismo tiempo) y el entrelazamiento (el estado cuántico de dos partículas diferentes está correlacionado).
Mientras que en los chips convencionales la computación se realiza a partir de bits -dos estados de información en código binario: 0 y 1-, en los chips cuánticos la unidad de cálculo es el qubit, o bit cuántico. Su poder es teóricamente mayor por el hecho de que en un qubit ambos estados de información pueden coexistir al mismo tiempo, así que tendríamos tres estados simultáneos (0, 1, y ambos a la vez).
La pega principal es que la fragilidad del modelo teórico usado incrementa la falibilidad de los chips cuánticos. Por eso, un ordenador cuántico necesitaría trabajar con cientos o miles de millones de qubits, para poder ejecutar las rutinas de corrección de errores necesarias para afinar su funcionamiento. Por el momento, el mejor chip que Google ha desarrollado tiene nueve qubits, mientras que IBM está trabajando entre cinco y siete qubits.
Una posibilidad intermedia para poder aprovechar (y demostrar) el poder de esta ueva computación sería desarrollar un ordenador cuántico ‘analógico’, una especie de máquina a mitad de camino entre ambas tecnologías que, con apenas 50 qubits podría utilizarse para cálculos que hoy son sencillamente imposibles y que permitirían desentrañar algunos misterios sobre la química de materiales o la inteligencia artificial.
Fuente: http://www.eleconomista.es/
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