La transformación digital no puede esperar
La Tribuna entrevista a Marisa Urquía, experta en la evolución tecnológica y directora general de Territorio Centro de Telefónica
Una dilatada trayectoria dentro del área de empresas de Telefónica convierten a Marisa Urquía en experta en la evolución tecnológica, tanto desde el punto de vista empresarial como en la sociedad, ya que es directora general de Territorio Centro (Castilla y León, Madrid y Castilla-La Mancha).
Qué cambios han detectado durante este periodo en la sociedad en general y en su empresa?
Lo primero que hemos detectado es el compromiso de las personas de Telefónica, a pesar de que una semana después de confinamiento el 95 por ciento de la plantilla ya estábamos teletrabajando. Ya había pasado en alguna crisis anterior, pero aún así la gente te sorprende con su compromiso mañana, tarde y noche. La gente de operaciones de Castilla-La Mancha han trabajado a destajo para mantener la red con el doble de tráfico normal, los comerciales igual para poner conectividad en los hospitales de campaña en días u horas, o los del Centro de Ciberseguridad en Industria 4.0 (C4IN) para equipar de forma segura a las empresas que de repente han tenido que teletrabajar.
El cambio más visible en la sociedad es que hemos pasado a hacer la vida en la red, que ahora utilizamos para ir al banco, hacer la compra, hablar con amigos o familia, trabajar o seguir las clases. Es como si toda nuestra vida se hubiera desplazado a la red de comunicaciones.
¿Esto convierte en imprescindibles a las telecomunicaciones?
Los que trabajamos en el sector ya pensábamos que las telecomunicaciones eran fundamentales y eramos conscientes de su importancia, pero yo creo que la sociedad no. Y ahora, después de la sanidad y la alimentación, las telecomunicaiones son vitales. A veces pienso que con los ADSL de hace 10 años la gente no hubiera podido teletrabajar, ni los estudiantes seguir las clases, ni ver tantos canales de televisión o hablar por videoconferencia. Creo que hubiera sido muchísimo más dramático y más difícil de llevar para todos, aparte de los problemas de gestión.
¿Esto ha supuesto un salto digital?
Llevamos años hablando de la transformación digital, todo el mundo lo entendía pero no tenía prisa en ello, y ahora en dos meses hemos avanzado más que en tres o cuatro años. Las empresas han tenido que dar grandes pasos y se han dado cuenta de que hay que hacerlo y además ya.
Y con ello ha cobrado mucha importancia la seguridad, cuando teletrabajas y accedes en remoto todo el mundo se da cuenta de que hay que preocuparse de estar seguro. Nos ha sorprendido un poco a todos lo vulnerables que somos, pensábamos que en un Estado del Bienestar no podía pasar algo como la covid-19, pero no hay nada seguro en este mundo.
¿Qué contribución ha tenido en esta crisis una empresa tecnoclógica como Telefónica?
Soy un poco humilde, pero la contribución ha sido mucha. Todo el mundo ha contribuido con lo que ha podido, pero las operadoras y en especial Telefónica han sido decisivas. Lo primero que hicimos fue garantizar las comunicaciones y desde el primer minuto trabajamos a destajo con las administraciones públicas, el 112 y las autoridades sanitarias para que pudieran estar conectados para trabajar y atender remotamente. Esto lo hemos podido hacer porque llevamos años mejorando y ampliando las redes, en Castilla-La Mancha hemos invertido más de 130 millones, lo que nos ha permitido que no hubiera problemas.
Hemos soportado picos de tráfico permanentes en la red y hemos estado casi dos meses con un incremento de más del 70% en el tráfico de datos fijos de la Comunidad. Ha sido brutal. Los móviles han crecido un 50 por ciento y no ha habido ningún problema, todo el mundo ha trabajado y hablado perfectamente.
Nos sentimos muy orgullosos en Telefónica y muy cercanos a la sociedad de Castilla-La Mancha. Todo lo hecho hecho está, pero ahora hay que ver es cómo salimos de ésta lo más rápido posible y podemos seguir contribuyendo con ayudas a las empresas a levantarse lo antes posible usando la tecnología y haciendo la transformación de forma rápida.
El teletrabajo masivo ha sido una de las novedades. ¿Ha llegado para quedarse? ¿Están suficientemente tecnologizadas las empresas y los empleados para asumirlo?
Creo que sí. Antes de la covid solo trabajaba el 8 por ciento de los empleados, pero había un porcentaje mucho mayor, en torno al 58, que quería hacerlo. Las herramientas están disponibles, lo que pasa que las empresas no se sentían seguras y confortables haciéndolo. En dos meses hemos acelerado como cinco años y ahora está teletrabajando el 61 por ciento de los empleados en toda España, en Telefónica el 95 por ciento. Las infraestructuras de telecomunicaciones están preparadas y las empresas necesitan las herramientas de seguridad en la nube. Pero esto existe y hemos ayudado a empresas de todos los tamaños a que en una semana o diez días pudieran teletrabajar.
¿Qué ventajas puede aportar el teletrabajo?
Favorece mucho al empleado y a la movilidad de las ciudades, así como al entorno rural… lo que pasa que la gente piensa que el teletrabajo es lo que hay ahora y es un mix. En casi todos los países de Europa se hace así, vas un par de días o tres a la oficina, depende de la semana y de lo que tengas. Y yo creo que esto se quedará. Lo que pasa es que es un cambio cultural en las empresas, que estamos acostumbradas a trabajar de forma presencial en lugar de por objetivos.
¿Las empresas están preparadas para asumir este cambio?
A las empresas todavía les queda. Lo hemos hecho ahora en modo emergencia, pero en digitalización no estamos a la cabeza de Europa. Hay mucha diferencia entre medianas o grandes empresas, que están en mejor situación aunque les queda recorrido, y las micropymes, con menos de diez trabajadores. que necesitan mucha ayuda para avanzar más rápido.
En Castilla-La Mancha el 97,3 por ciento de las empresas con más de diez empleados utiliza internet, pero en las más pequeñas baja. Igual pasa con las páginas web, algo que tiene el 70,6% en las mayores y baja al 24,3 en las más pequeñas. Tienen que dar un gran salto.
En sistemas de seguridad sí que han avanzado mucho y ya el 88,5 por ciento de las que superan los 10 trabajadores cuenta con protección. Y en herramientas TIC utilizan sobre todo la facturación electrónica y la firma digital, pero hay otras que se pueden usar.
¿Micropymes y autónomos de comercio, hostelería y restauración han visto la necesidad de digitalización al verse obligados a cerrar sus negocios de forma presencial?
Se ha notado el tirón. Tenemos ejemplos como Santa Teresa en Ávila a la que hemos ayudado al teletrabajo de sus empleados y han mejorado sus sistemas de seguridad, pero el porcentaje todavía es pequeño y les queda muchísimo por avanzar. Creo que han sido conscientes de la necesidad y ahora se va a poder hacer bien porque muchas de las cosas que han hecho han sido rápidas y aceleradas, pero hay que hacer sistemas. El primer paso lo hemos dado.
Hablamos de cambios tecnológicos en el trabajo e incluso en la forma de vivir. ¿Cómo se observa desde una empresa tecnológica la sociedad postcovid? ¿Qué cambios nos dejará la pandemia?
Como todas las crisis nos va a dejar muchos cambios. No tengo la bola de cristal para saberlo, pero por ejemplo se van a destruir empleos, pero se van a generar otros, lo que hay que hacer es intentar acelerar la creación de esos nuevos y que sean de más nivel. Es una transformación no una destrucción.
Asimismo, vemos que la tecnología va a ser más importante aún que hasta ahora en la nueva sociedad. Ya está en todas partes, estos meses la sociedad se ha hecho online y ahora se va a quedar. Por ejemplo, había mucha gente que no usaba el comercio electrónico, pero ha experimentado y ha visto que funciona, y lo mismo con la banca electrónica, la videoconferencia, etc. Es verdad que vamos a estar hiperconectados.
A nivel social es más difícil saber los cambios que vienen, aunque para muchas cosas ya no será necesario desplazarse, lo que permitirá vivir más lejos y puede ayudar a las zonas rurales al buscar una mayor calidad de vida.
¿Perjudica o beneficia a Castilla-La Mancha disponer de un territorio muy grande y con poca población?
Todo tiene sus cosas buenas y malas. Obviamente, es un inconveniente una extensión territorial tan grande a la hora del despliegue de infraestructuras de fibra o 4G. Esto hace que haya lugares donde se hace inviable sin ayudas públicas pero para eso trabajamos.
Oportunidades también hay, por ejemplo hasta ahora toda la tecnología estaba muy ligada al desarrollo de las smart cities y de cómo hacer inteligentes las ciudades, pero eso se puede llevar al mundo rural y tenemos el ejemplo del proyecto pionero Territorio Rural Inteligente en Castilla y León. En ocasiones existen más beneficios, por ejemplo, en una gestión inteligente de residuos en Cuenca que en Madrid, ya que tiene los contenedores más lejos y le supone mayor gasto.
El teletrabajo también puede ayudar mucho a estas zonas, ya que la gente puede vivir en zonas más tranquilas o casas más grandes.
¿Qué planes tiene Telefónica para extender la red en la Comunidad?
Hemos hecho un esfuerzo grande y creo que existe una buena situación. Comparada con cualquier región de Europa tenemos un despliegue de fibra muchísimo mayor, somos el primer país europeo y el tercero de la OCDE. En Castilla-La Mancha vamos a llevar fibra este año a 600 poblaciones más con una inversión de 67 millones. Con ello, se va a dar un salto y el 80 por ciento de la población tendrá acceso a fibra.
Lo que queda, y también ha ayudado el confinamiento para eso, es que la gente lo usara porque a veces llegaba la red a un pueblo muy pequeño y la gente no sabía utilizarla y esto sucedía en especial con la gente mayor. Con el confinamiento todos han aprendido a hacer videoconferencias para ver a los nietos o a los amigos, por lo que además del despliegue de la red hay que trabajar para darle uso y sacar partido a internet.
¿Hasta qué punto puede ser un factor para revertir la despoblación de nuestro mundo rural?
Hombre, yo no puedo decir a la gente donde tienen que vivir, pero obviamente van a poder hacer su trabajo donde quieran. Ahora las personas buscan casas más grandes, lugares sin contaminación y el no tener que desplazarse tanto para ir a la oficina ayuda a una descentralización y que las zonas despobladas tengan una oportunidad. Todos esos factores pueden ayudar a muchísima gente que prefiere vivir en zonas más desahogadas, donde pueda salir y montar en bici o hacer otro tipo de cosas.
Y cuando ves zonas como Londres, cuyo perímetro son 200 kilómetros a la redonda, te planteas que en Madrid podría incluir a las dos Castillas en ese círculo. O sea que yo puedo trabajar en Madrid u otra ciudad y vivir en un municipio o zona rural a 100 kilómetros o más. La tecnología da muchísima flexibilidad para vivir donde la gente quiera.
¿Existe tecnología para llevar internet de alta velocidad a zonas de sombra o con dificultades orográficas en la Comunidad?
Las zonas urbanas de poblaciones o municipios, aunque sean pequeños, acabarán teniendo infraestructuras de fibra con la ayuda de las administraciones públicas, que sí están dispuestas a colaborar. Donde a lo mejor no puede llegar es a parques naturales o ese tipo de lugares, donde no sé si es necesario o no. Apostamos por la fibra y el 4G, no vemos otras soluciones, pero la Junta ha demostrado interés por ayudar y entre todos lo podemos conseguir. Ya no queda tanta población y no vemos otras tecnologías que aporten ventajas.
¿El confinamiento ha traído ventajas, pero quizás también ha supuesto un frenazo a otras nuevas tecnologías como el 5G o se acelerará?
Ha habido dos meses de parón, pero ese tiempo en proyectos tan importantes no se nota. No creo que supongan un retroceso, precisamente el 5G uno de los factores que tenía pendiente era encontrar los casos de uso. Necesita usos diferentes para poder sacar partido de verdad y yo soy optimista. Pienso que en tiempos de crisis es cuando la gente innova de verdad y yo creo que nos puede ayudar a traer innovaciones y encontrar los casos de uso que hacen falta para que el 5G vaya mucho más rápido. Lo importante es avanzar en el coche conectado, telemedicina y el internet de las cosas para que se desarrolle y tenga éxito a nivel global.
¿Ahora que lo ha mencionado, la crisis ha servido para que las administraciones apuesten decididamente por plataformas y avances tecnológicos aplicados a la sanidad o la educación?
Bueno, yo creo que las administraciones públicas han demostrado una agilidad inmensa y han conseguido con lo que tenían y poco más que los alumnos se pudieran conectar, atender telefónicamente a los pacientes, etc. Ahora tenemos que trabajar en buscar soluciones a medio o largo plazo porque estamos todos pensando en cómo será la vuelta al cole o qué pasará si hay un rebrote. Hasta ahora lo que han hecho es priorizar la gestión de la crisis y han conseguido que esto funcione, a medio y largo plazo hay que ver todas las alternativas.
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